A menudo, cuando comemos sandía las pepitas nos parecen un estorbo que contrastan que con la textura suave y dulce de la fruta. Sin embargo, quitarlas supone un error, ya que se trata de un parte que aporta importantes beneficios. De hecho, asombra la cantidad de nutrientes que nos aportaría si las comiéramos del mismo modo que hacemos con las pipas de girasol.
Del mismo modo que ocurre con el resto de la sandía, sus semillas son diuréticas, pero también una fuente de fibra. Pero sus beneficios van más allá, ya que son energéticas y tienen propiedades antioxidantes.
Calorías: 557 kcal
Grasas: 47,3 g
Hidratos de carbono: 15,3 g
Proteínas: 28,3 g
Magnesio: 515 mg
Zinc: 10,2 mg
PROPIEDADES
Las semillas de la sandía son una fuente de energía importante. Se trata de un alimento recomendado para personas que desarrollan una alta actividad física, al tiempo que son ricas en proteínas, que permiten el desarrollo muscular y la regeneración de tejidos.
Asimismo, aportan grasas saludables, como ocurre con los frutos secos, que regulan los niveles de colesterol en sangre.
También ayuda a eliminar toxinas de nuestro organismo gracias al efecto diurético y combate el estreñimiento a través de la fibra que se halla en estas semillas.
El zinc que se halla en este alimento protege el sistema inmune, mientras que, al igual que ocurre con la sandía, aporta antioxidantes que retrasan los signos de envejecimiento.